GRUPOS DE YONQUIS SE PINCHAN ANTE UN INSTITUTO DE RENFE-MERIDIANA. LOS VECINOS DENUNCIAN QUE EN LOS ÚLTIMOS TRES MESES EL NÚMERO DE DROGADICTOS HA AUMENTADO. SE QUEJAN DE LA DEGRADACIÓN QUE SUFRE EL POLÍGONO A CAUSA DEL TRASIEGO DE TOXICÓMANOS Y CAMELLOS
EL PERIÓDICO DE CATALUÑA, 28/08/2003
Los vecinos de la calle de Manuel Sanchís Guarner, en la zona de Renfe-Meridiana, en Nou Barris, ya no pueden aguantar más. Las galerías del polígono de viviendas han sido tomadas por los yonquis y los camellos que se inyectan y trafican a sus anchas a plena luz del día y ante la presencia de adultos y niños. Grupos de yonquis se pinchan delante del instituto Flos i Calcat, ahora cerrado por vacaciones, desde hace meses. Los vecinos afirman que la presencia de drogadictos ha aumentado especialmente en los últimos tres meses.
La situación está directamente relacionada con la presión policial y social ejercida sobre Can Tunis, hasta ahora principal supermercado de la heroína en Barcelona. El acoso a este barrio de la Zona Franca está provocando una traslado de toxicómanos y camellos a otros puntos de Barcelona, como Renfe-Meridiana.
"Hemos tenido mucho miedo, pero hemos dicho: o nos movemos o nos comen", explicó uno de los residentes del barrio, que pidió que no se le identificara.
Puertas reventadas
os afectados explicaron que la zona está completamente degradada. "Hace 20 años que el Patronato Municipal de la Vivienda hizo estas casas. Los pisos son grandes y bonitos y los alquileres bajos, entre 54 y 66 euros (de 9.000 a 11.000 pesetas), pero todo está hecho una pena. El barrio se ha convertido en un Bronx", dijo un vecino.
Otro aseguró que ninguna de las puertas de entrada a los edificios se puede cerrar. "Las han reventado todas y eso que son de hierro". Según los denunciantes, el barrio se está quedando aislado. "Aquí no quiere venir nadie. Los médicos de urgencias no suben a los pisos si no bajas a buscarlos, el Círculo de Lectores tampoco viene y si pides una pizza no te la traen", indicaron.
Los afectados manifestaron que las escaleras de los edificios están llenas de pintadas, con jeringuillas por todos los rincones, vomiteras y deposiciones que dejan los toxicómanos. "Hemos tenido verdaderos problemas para encontrar una señora de la limpieza", contaron. "Nosotros somos trabajadores, gente obrera que no tiene nada ver con este mundo marginal y tenemos derecho a vivir como seres humanos".
Seis puntos de venta
Los residentes en la calle Manuel Sanchís Guarner, situada entre la calle de Río de Janeiro y el paseo de Valldaura, explicaron que en la zona hay seis puntos de venta de droga. "Todos sabemos quien vende, quien no trabaja y tiene coches de lujo. Siguen con su negocio con total impunidad".
Aunque reconocieron que la policía ha hecho varias redadas en la zona, aseguraron que han servido de poco. "A los yonquis no los pueden detener sólo por pincharse, y los traficantes enseguida salen a la calle. Creemos que no es culpa de la policía sino de las leyes. Pero habrá que hacer algo".

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