COGE LA JERINGUILLA Y CORRE. LA PRESIÓN POLICIAL DISPERSA A LOS DROGADICTOS DE PORTA POR TODO NOU BARRIS. COMO CADA DÍA, AYER SE DISTRIBUYERON 200 JERINGUILLAS EN LA ZONA

EL PERIÓDICO DE CATALUÑA, 29/09/2004
La presión policial, como era de esperar, no soluciona el problema de la droga en el barrio de Porta ni en ningún otro, sino que lo escampa. Ayer, la treintena de drogadictos que se concentraban estos días en el parque de la avenida de Río de Janeiro se habían diseminado por todo Nou Barris. Los había en la plaza de Sòller y en la de Garrigó, y en el parque de la Guineueta.
Mientras, los traficantes seguían con su actividad, como casi todos los días. Un dato. La farmacia de Porta que hace gratuitamente el intercambio de jeringuillas ayer repartió casi las mismas de siempre: 200. "Quizá hemos entregado alguna menos", matizaba su titular, Esther Lucea.
La farmacéutica está dolida con la Administración, que, a su juicio, "no hace todo lo posible para resolver el problema". También está afectada por algunas opiniones vecinales, que no comprenden su trabajo humanitario con esos enfermos. Incluso, se plantea "muy seriamente" dejar el programa de intercambio. Lucea aseguró que facilita jeringuillas a un centenar de adictos todos los días y que algunos provienen de Can Tunis, poblado demolido en agosto. Fuentes policiales confirmaron esa cifra.
Ayer por la mañana, el trasiego de jeringuillas era constante en esa farmacia. Salía un drogadicto y entraba otro. Era el no parar. Pero casi ninguno se pinchaba ya en la tapia del antiguo cementerio de Sant Andreu, como días atrás. Un poco más allá, en la plaza de Sòller, un joven se inyectaba cocaína entre los arbustos, junto a la cascada, tras su fugaz visita a la farmacia. "Nos tienen acribillados. Yo necesito la dosis. O me dejan comprarla o me la dan, pero necesito picarme cuatro veces todos los días", afirmó el joven. La misma escena se repetía en plazas y solares de Porta, pero mucho más discretamente que antes.
Un inspector de policía confirmó que el tráfico no se había interrumpido: "Si hay humo es que hay fuego. Y si los drogadictos están aquí, es que hay gente que les vende". En su opinión, ahora los políticos quieren resultados rápidos porque los vecinos les aprietan. "No podemos hacer milagros. Los tenemos controlados, pero necesitamos pillarlos con una cantidad importante de droga, si no mañana estarán de nuevo en la calle".
Escepticismo policial
El policía se mostró escéptico sobre la problemática. "Pillas al traficante, y sigue vendiendo su mujer. Pillas a la mujer y vende la suegra. Pillas a la suegra y el traficante ya ha salido de la cárcel. Es la historia de nunca acabar". Entretanto, el ayuntamiento estudia habilitar un local para la distribución de metadona. Un portavoz admitió haber detectado el problema el pasado mes de mayo. Ayer recriminó la atención periodística

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